“Bajate carajo, somos una banda internacional…”. Fueron las palabras con las que atracaron y robaron dos vehículos, y en dos ocasiones, a Paul Villegas, un boliviano que vive en Calama (Chile) desde hace 18 años. Jamás supo de esos autos Nissan y Toyota; el seguro respondió, pero el trauma queda.

Villegas, oriundo del municipio de Las Carreras en Chuquisaca, prefiere no recordar ese episodio porque le quedó el trauma de la violencia de la que fue víctima, pero en entrevista con Correo del Sur Radio FM 90.1, dijo que sintió indignación cuando supo con las últimas noticias que esa “banda internacional” de la que hablaban sus atracadores tenía vinculación con altas esferas de la Policía Boliviana.

“Un día me trasladaba de un sitio que tengo fuera de la ciudad (Calama), aproximadamente a las 22:00… Cuatro tipos se bajaron de una camioneta, al grito de ‘bajate carajo, somos una banda internacional’; me golpearon con un martillo en la cabeza, me agredieron con destornilladores, me quitaron todo y se llevaron mi vehículo”, rememoró.

Dijo que estaba malherido y tuvo que caminar unos 15 minutos para pedir auxilio en la ciudad.

Villegas dijo que en un momento pensó que su vida llegaba hasta ahí, porque en similares situaciones algunos de sus amigos fueron asesinados.

“El vehículo yo no lo vi más y lo resolví a través del seguro; pero más allá de lo material quedan las secuelas, a partir de ese momento tengo temor circular de noche, en una camioneta Toyota, siempre estoy alerta si me persigue un vehículo, quiénes están conduciendo, me quedé traumado con este tema”, confesó.

Comentó que cuando vio el reportaje de un medio chileno que descubrió a la banda de ladrones de autos, sintió rabia e indignación porque miembros de una institución del Estado boliviano están vinculados a estos robos.

Villegas vive desde hace 18 años en Chile, dos años y medio que no viene al país por temor a un posible asalto y porque en el viaje también es víctima de “coimas” de los policías en las trancas. “Uno llega a cualquier puesto de control donde hay policías, este ve la forma de cómo te va a sacar dinero, parece tan natural, le inventan algún desperfecto al vehículo”, recalcó.

Dijo que en Calama, una ciudad de 300 mil habitantes, no ocurrían estos hechos pero sí en Santiago (capital), donde hay denuncias de “las encerronas”, cuando los delincuentes utilizan vehículos robados y te atraviesan por delante y por detrás para cometer el atraco.

El compatriota sufrió el primer atraco en 2018 y el segundo el 24 de septiembre de 2020.

Correo del SUR

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