Un adolescente argentino de 17 años celebró el asesinato de su novia publicando un estado de WhatsApp donde confesaba haber cometido el delito con un corto mensaje: “Directo al cementerio”, escribió, además de acompañarlo con emojies de caritas riéndose.
Los hechos ocurrieron en la zona oeste de Buenos Aires, Argentina cuando una joven de 19 años identificada como Oriana Nicola acudió a la casa de su novio durante la madrugada luego de que este hubiera estado amenazándola previamente.
“Dylan me pegó y me amenazó con un arma” dijo la joven, según contó su familia, quien describió que la mujer se encontraba desesperada el jueves por la noche mientras describía haber recibido agresiones y amenazas, así como mensajes que escribían “te voy a matar”.
Sin embargo, una de sus tías relató que la joven escapó de su casa a las cuatro de la mañana y fue hasta la casa de Dylan, su novio de 17 años donde fu asesinada.
“No te puedo decir qué la llevó a escaparse de su casa para ir a lo de su novio. Es que no lo sé; solo ella lo sabía. Por ahí fue el miedo, los nervios, el estar enamorada… o las drogas. Porque mi sobrina estaba perdida por las drogas” dijo una de sus tías.
Se desconoce cómo sucedieron las cosas en la casa de Dylan, sin embargo fue a las 13:55 de la tarde cuando subió un estado a WhatsApp donde se delató: “Directo al cementerio”, escribió, además de agregar emojis de risas.
Al lugar acudió la policía de Buenos Aires a las 15:00 horas, en donde Dylan informó que la joven se había quitado la vida a sí misma, sin embargo contaba con una herida de bala en el parietal derecho.
El chico de 17 años fue detenido este lunes por el delito de homicidio agravado por el vínculo, y fue trasladado a un centro de menores de La Plata.
«Oriana era una chica sana. Su vida empezó a cambiar cuando conoció a Dylan. Al tiempo dejó el colegio…», le contaron algunas de sus amigas a Clarín, “Él hizo que ella se haga adicta”, agregaron.
Otras personas dijeron que Dylan ya había golpeado a la joven en varias ocasiones “ella se lo contó a trabajadores de organizaciones sociales. Pero nadie creyó que podía hacer semejante locura. Nadie sabía qué hacer», dijeron.